viernes, 29 de septiembre de 2017

El fantasma del metro de París: Benjamin Clementine


El 19 de enero pasado, Gorillaz adelantó una muestra de su disco Humanz con el lanzamiento de “Hallelujah Money”. El tema era pertinente frente al panorama político mundial al referirse metafóricamente al discurso que llevó a Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, cito los primeros versos:


Here is our tree
That primitively grows
And when you go to bed
Scarecrows from the Fas East
Come to eat
Its tender fruits
And I've thought the best way to perfect our tree
Is by building walls

Aquí está nuestro árbol
Que crece ancestralmente
Y cuando te vas a la cama,
Los espantapájaros del Lejano Oriente
Vienen a comer
Sus tiernos frutos
Y he pensado que la mejor manera de perfeccionar nuestro árbol
Es construyendo muros 


La letra es producto de la colaboración entre Damon Albarn y Benjamin Clementine y se lanzó un día antes de iniciar formalmente el gobierno del actual habitante de la Casa Blanca. El día del lanzamiento, le dediqué un mínimo de atención. La voz del cantante invitado en el video me pareció potente, muy atractiva.

Unos días después, un amigo dio con el videoclip de “Condolence” y lo compartió en una red social. Las sensaciones que me produjo desde las primeras notas hasta la letra y, desde luego, la poderosa voz de Benjamin Clementine me estremecieron; hacía tiempo que la música no penetraba de esta manera en mi cabeza. El videoclip, en blanco y negro, sigue al hombre descalzo que despierta para atravesar un camino rocoso que se extiende por un acantilado, un muelle, la ciudad y vuelta al pedregoso campo irlandés.



This voice, this particular voice
Yes, you’ve heard it before, before
And so don’t you dare tell it,
Don’t you dare tell it otherwise

Esta voz, esta voz particular
Sí, la has escuchado antes, antes
Así que no te atrevas a decirlo,
No te atrevas a decir otra cosa


Busqué nuevamente el dueto con Gorillaz, más cercano al trip-hop que a la especie de jazz ecléctico que Clementine ejecuta en solitario. “Hallelujah Money” se puede ver incluso como un performance de intención política con obvias referencias a la tierra del cowboy por excelencia Clint Eastwood y a The Good, The Bad And The Ugly. Como si se tratase de una oposición, los temas de las canciones del joven de ascendencia ghanesa exponen su vida interna. El efecto que me produjo la actuación con Gorillaz no era el mismo. Las diferencias entre lo expresado en uno y otro proyecto no tenían relación. No obstante, la voz, la personalidad de este cantante, es el elemento común.





Obsesionada, busqué más información y materiales del hombre cuyo entrenamiento vocal ocurrió en el metro francés de manera autodidacta. Hay registro de sus andares en el subterráneo parisino donde un público fortuito, seducido por el busker* nacido a finales de los ochenta, tira euros a sus pies. Se trata de videos captados con smartphones por pasajeros que aseguran en sus comentarios: “Siempre que subía al metro esperaba encontrarlo”, “Su voz es invaluable” y “Ahora es un Mercury Prize”. Entre estos videos, se puede encontrar una versión muy libre de “I got no, I got life” de Nina Simone, un cover de “Rehab” de Amy Winehouse y otro de “Ordinary People” de John Legend. Y sí, obtuvo el Mercury Prize en 2015 (premio que, en efectivo, constó de 20 mil libras), un reconocimiento anual que se otorga a lo mejor de la música de Inglaterra e Irlanda.

También en 2015, grabó una colaboración con Charles Aznavour, “You’ve got to learn” que está incluida en el disco Encores del reconocido actor y cantante francés. Aznavour, que inició su carrera a los 11 años, compuso múltiples éxitos para Édith Piaf e incluso cantó a su lado, sin embargo, sólo pudo grabar un dueto con la diva hasta 1997 mediante mezcla digital. Clementine anotó en su sitio oficial que lo de Aznavour se trataría de su primera y última colaboración con algún otro artista. No obstante, gracias a la posterior colaboración con Gorillaz es que ha podido darse a conocer entre un público más amplio.






Previamente, en 2013, lanzó en la plataforma francesa Deezer un EP que contenía tres canciones: “Cornerstone”, “I Won’t Complain” y “London”. En 2014, Clementine lanzó un segundo EP intitulado Gloriuos you que contenía “Condolence”, “Adiós”, “Edmonton” y “Mathemathics” bajo el sello independiente Behind Records asentado en París. Varios de estos temas se grabaron nuevamente para At Least For Now (2015), su primer disco de larga duración que lanzó Behind en colaboración con Virgin EMI.

En el repertorio enumerado todas las piezas están acompañadas por el piano, instrumento por el que Clementine está tan ligado a Nina Simone. Otras influencias declaradas por Clementine son Erick Satie, Aretha Franklin, Frédéric Chopin, Jack Thackray, Leonard Cohen, Anohni, Marian Anderson, Maria Callas, Jimi Hendrix, Scott Joplin (“the only Joplin”, asegura en una red social fotográfica) y una variedad en la que se mezclan otros grandes del jazz, la chanson, el pop, el folk y la ópera.

Clementine es un autodidacta que aprendió observando las clases de piano de su hermano mayor, Joseph. El niño no había convivido siempre con sus hermanos, fue hasta la muerte de su abuela, que Benjamin regresó a casa de sus padres en Edmonton en la periferia de Londres.

A medida que el entusiasmo de su hermano disminuyó, el piano quedó disponible para practicar. Y como en una película, el padre le tenía prohibido a Benjamin tocarlo debido a que le había planeado una vida como abogado. La respuesta del chico fue escapar cotidianamente de la escuela para ensayar. Además, Benjamin era objeto de violencia en la escuela, por lo que huir era una necesidad para él: otro de sus refugios era la biblioteca, donde leía sin rigor académico, al azar, apasionadamente. Y fue Joseph quien lo proveyó de filosofía y poesía, y lo encomió a darle uso al diccionario para entender a TS Eliot, William Blake, Carol Ann Duffy, James Baldwin y Sylvia Plath. En suma, su cultura musical y literaria no sólo fue informal, sino también clandestina.






Tal como estaban las cosas, el cantante no pudo convivir más con su familia y, tras reprobar los exámenes para obtener el Certificado General de Educación Secundaria —únicamente acreditó literatura inglesa—, discutió fuertemente con sus padres. Con 16 años se mudó a vivir por su cuenta, aunque terminó no muy lejos, en Camdem, donde cohabitó con un amigo. Sin embargo, esta época tampoco fue miel sobre hojuelas y a los 19 años de edad se encontraba en camino a París.


Adios

Yes, goodbye, adios
Adios to the little child in me
Who kept on blaming everyone else
Instead facing his own defeat in Edmonton
After all, why should I regret
If it wasn’t for the mistakes we made yesterday?
Where would we be by now?


Adiós

Sí, adiós, adiós
Adiós al niñito dentro de mí
Que se la pasaba culpando al resto
En lugar de enfrentar su propia derrota en Edmonton
Después de todo, por qué debería arrepentirme
Si no fuera por los errores que cometimos ayer,
¿Dónde estaríamos ahora?


Huyó a la capital de Francia sin mucha idea de lo que haría allí. Ni siquiera eligió de una manera muy consciente, según su propio relato compró boleto al primer destino que le vino a la cabeza en la estación de trenes. Allí continuó en la indigencia, tocando en el metro y durmiendo en hostales sin interactuar ni cultivar muchos amigos en la tierra de las libertades.


En este último gran escape, Benjamin Clementine leyó a los poetas malditos: Charles Baudelaire, Paul Verlaine y Arthur Rimbaud. Mientras se nutría silenciosamente de estos autores, se dedicó a ensayar en la guitarra destartalada y en un teclado que ocultaba bajo la cama de la población flotante del hostal mientras que, paulatinamente, desarrollaba su técnica para ser oído a lo largo de los vagones del metro. En la entrada de Wikipedia dedicada al inglés, su voz se clasifica como tenor lírico spinto, matiz que agrupa a los tenores potentes que también alcanzan agudos de contratenor.


Alrededor de 2007 y hasta 2013 vivió de esta manera hasta que consiguió grabar su primer EP, difundido a través del servicio Deezer, y luego otro, hasta que en octubre de 2013 tuvo una participación en el programa de la BBC-Two Later… With Jools Holland. Es muy conocida la anécdota que describe a otro de los participantes de esa noche motivando muy emocionado a Benjamin Clementine para seguir su carrera tal como iba: sir Paul McCartney.

Para aquella presentación, Clementine llevaba en préstamo el mejor calzado de un amigo. Sin embargo, el joven se sintió incómodo, los zapatos estaban resbalosos y no tenía control del pedal del piano, así que sin más se descalzó en el escenario. Y así ha sido siempre, así se presentó el año posterior en un evento privado de moda, cubierto por una gabardina enorme. Por cierto, en alguna ocasión se le preguntó por qué siempre usaba esta prenda y su respuesta fue que lo hacía sentir protegido.




Probablemente gracias a esa transmisión de la BBC-Two es que el cantante haya sido fichado por el cofundador de Gorillaz, el ilustrador y diseñador Jamie Hewlett, quien propuso la colaboración para el tema “anti Trump” en Humanz. Tal vez también gracias a esta proyección fue que, en junio de 2014, Christopher Bayle, presidente ejecutivo de Burberry invitó al joven de elegante porte a interpretar su música en una pasarela de la firma inglesa fundada en 1856. Esta marca, famosa por sus gabardinas, inauguró así una serie de lanzamientos musicales con Clementine y le ha provisto de un valioso apoyo financiero para consolidar su carrera.

Benjamin Clementine se encuentra ahora mismo en medio de una gira internacional que incluye varias presentaciones en el continente europeo. En internet se puede ver su presentación en julio en el Festival Cruïlla Barcelona donde interpreta canciones de At Least For Now y del álbum venidero: I Tell A Fly, cuya fecha de lanzamiento se ha comprometido para el 28 de septiembre. 
En ese concierto, siempre descalzo, Clementine instruyó a su público para ejecutar una coreografía mientras coreaban: “I’m sending my condolence/ I’m sending my condolence/ To fear…// I’m sending my condolence/ I’m sending my condolence/ To insecurities” (“Estoy enviando mi pésame/ Estoy enviando mi pésame / Al miedo…// Estoy enviando mi pésame/ Estoy enviando mi pésame/ A las inseguridades…”). Y la audiencia lo siguió feliz.

En medio de la expectativa generada entre sus admiradores, Clementine canceló su presentación de abril en el Carnegie Hall debido a un atraso en la producción de I Tell A Fly, la cual recientemente se reprogramó para el 5 de octubre. De éste disco, se han lanzado dos sencillos, uno el 30 de mayo, “Phantom of Aleppoville”, cuyo tema es el bullying; y el 26 de junio el segundo, “God Save The Jungle”, música que ha sido descrita como “experimental”.




Clementine dedicó tiempo a leer la obra del psicólogo Daniel Winnicott, que atendió niños desplazados por la Segunda Guerra Mundial. Winnicott pudo observar las consecuencias de la violencia escolar y en el hogar que sufrían algunos niños y la comparó con los efectos de la guerra en los infantes. Pese a la gravedad de la experiencia bélica, el especialista concluyó que los resultados en la conducta de los menores eran equiparables. Leer esto para Clementine fue muy significativo debido a la situación mundial presente: el desplazamiento forzado de sirios a diversos países europeos durante la terrible guerra civil que dejó Alepo, capital de Siria, en ruinas, y millares de supervivientes huérfanos y sin hogar.

Paralelamente, el artista pasó una temporada en 2016 en Nueva York, donde su estadía coincidió con las elecciones que otorgaron la presidencia a Donald Trump. Estos acontecimientos lo han llevado a incorporar preocupaciones políticas a sus composiciones como claramente se desprende de “Hallelujah Money” y “God Save The Jungle”; o a comprender el terror que engendra la guerra, puesto que, en sus palabras, el sufrimiento de los niños desplazados es una especie de bullying cuyo ejecutante es anónimo, un fantasma.

El lanzamiento de I Tell A Fly, producción de Virgin EMI en septiembre es la continuidad de su trabajo. Sabe que probablemente no será exitoso, pero anhela que sea muy escuchado. Para el artista, que con su primer álbum ha obtenido el mayor reconocimiento en su tierra, la exploración personal sigue siendo una fuente de creatividad, pero ahora ha tendido puentes al mundo que lo rodea.




Créditos de las fotografías:

Fotograma del video “Hallelujah Money”, 1’51’’, tomado de: https://vimeo.com/200190282


Portada de At Least For Now: diseño de la portada: Benjamin Clementine, Akatre, con base en la pintura de René Magritte El hijo del hombre.


Foto de Laura Stevens tomada de: http://www.laurastevens.co.uk/portraits-i

Foto “Benjamin Clementine sitting”, credencial Creative Commons: https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/, tomada de Wikipedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Benjamin_Clementine_Sitting_.jpg

Portada de I Tell a Fly.


* Busker es el concepto con que en Gran Bretaña se refieren a las personas que ejecutan algún arte en el transporte público para obtener dinero.

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